Varias veces me preguntaron si había visto al africano. Me imaginé
desde animales, cazadores de cocodrilos, o algún jugador de futbol negro. Al
final se trataba ni más ni menos que de un estudiante universitario de
Concepción, cuya gran hazaña consistía en tomarse una piscola sin usar las
manos, osea abriendo la boca de tal magnitud que el vaso podía ser agarrado en
su totalidad por los labios. Ni idea cuál será el real propósito de hacer esta
gran hazaña bucal, ni siquiera se cuál es la gracia de tomarse una piscola al
seco.
http://proyectocuatro.blogspot.com/2006/09/el-africano.html
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